Estos son los show del año para el staff de AZ. Hay para todos los gustos: nacionales, internacionales, míticos, legendarios y pulentas.

Festipulenta Vol.12 – 1, 2, 3 y 4 de marzo, El Zaguán Sur:

Las noches del Festipulenta tienen mística, se respira, transpira y huele música. Las nuevas bandas encontraron su lugar en el mundo capitalino para mostrar sus acordes y aguante. La edición número XII fue maratónica: ¡cuatro noches seguidas! El Zaguán Sur estalló, pasemos lista de todas las bandas que participaron: Riel, Los Espíritus, La Cosa Mostra ,Acorazado Potemkin, Las Ligas Menores, Javi Punga, 3Pecados, Santiago Motorizado, Los Totales, Los Cayos, Valle de Muñecas,  Prietto Viaja al Cosmos con Mariano, Antolín, Hernán Martínez y Las Estrellas,  107 Faunos y Mujercitas Terror. ¡Puf!, una catarata de rock. Destacamos a:  los comandados por Juan Pablo Fernández  que pudrieron todo con su rock lleno de gusanos oscuros.  A los uruguayos de 3Pecados que dejaron una de esas postales rockeras que va a quedar para siempre en la memoria de todos los presentes, Pau O’Bianchi tirándose arriba de la batería y rompiendo todo.  A Valle de Muñecas y Prietto Viaja al cosmos con Mariano que fueron el subibaja emocional de todos. A  107 Faunos con sus canciones que sacaron sonrisas a granel,  y a Mujercitas Terros  que con su punk oscuro rompió varios cocos en el Zaguán. Ese fue el broche de oro de la maratón del aguante pero mejor pregúntaselo al flaco que terminó tirado a un costado del escenario.  Hermoso.

Roger Waters – 7, 9, 10, 12, 14, 15, 17, 18 y 20 de marzo, Estadio River Plate:

El estadio llenísimo. No había faltado nadie. El muro blanco, un mosaico de la memoria, que se iba completando de a poco sobre el escenario. Las proyecciones bélicas sembraban silencios y perturbaciones. Una invasión visual tras otra: dibujos, fotografías y fotomontajes ametrallando mentes. Roger Waters había traído todo su arsenal, estuvo dispuesto a llevarnos ante las puertas de la percepción. La emoción en masa había poblado el estadio de aplausos y gritos, que se encendían con cada movimiento de un setlist impecable.   Una nueva versión de “Goodbye Blue Sky” sonó como un mantra gris: “adios cielo azul”, otro vendrá, rojo, de tanta sangre y bombas. Uno de los mejores momentos del show. Aunque la ausencia de David Gilmour se hacia eco en el escenario. Nada es perfecto

La inevitable caída, los escombros, la esperanza. El círculo se había completado con esta presentación. La trilogía mejorada con los años: película, disco y show, trascendiendo el concepto de disco. The Wall es una opera moderna que habla de las falencias del capitalismo, sus guerras e injusticias, de la dictadura en todas sus expresiones, hasta la del consumo.  Una obra que sobrevivirá en la historia como el testimonio de toda una época. Y un recital para atesorar cuando llegue el fin del mundo.

Foster The People – 30 de marzo, La Trastienda Club:

A pesar de ser una banda esencialmente pop y hitera, Foster The People ofreció en La Trastienda un espectáculo que muestra la versatilidad de sus músicos a la hora de tocar en vivo, con un show que se alternó momentos muy bailables con “Houdini” y “Call It What You Want” y otros más pop como “I Would Do Anything For You”, “Broken Jaw” y “Love”. Éstos son una pequeña pausa, una breve calma que antecedería a la tormenta de hits que llegó con “Helena Beat”, y para el final con “Pumped Up Kicks”, uno de los hits de 2011, con Mark Foster moviéndose de un lado a otro y terminando la canción casi encima del público. Una extended version del tema en clave dance para el delirio y éxtasis de todos los allí presentes, y coronar así la fiesta interminable en el primer Levi’s Music.

Foo Fighters – 3 y 4 de abril, Estadio River Plate:

Cuando Dave Grohl lanzó el “Hello, I’ve waited here for you, everlong” sobre la marcha sigilosa de su guitarra al comienzo de “Everlong”, ese temazo con el que los Foo Fighters cerraron su primera visita a Argentina, las 40 mil personas que llenaron River respondieron con una ovación y el momento no pudo ser mejor: pocos grupos internacionales tardaron tanto en visitar el país y esa primera línea de la canción resumió el sentimiento compartido entre el público y la banda: el de una larga espera que llega a su fin. Con una lista imbatible y la constante arenga de un Grohl que hasta incluso se dio el gusto de tocar la batería en “Cold Day in The Sun”, Foo Fighters envolvió a todos con su monstruoso sonido rockero en una burbuja de magia y emoción. Tanto, que ninguno de los presentes se percató del demencial huracán que arrasó a Buenos Aires esa misma noche.

Bob Dylan – 26, 27, 28 y 30 de abril, Teatro Gran Rex:

El 2012 no fue un año más para los fanáticos argentinos de Bob Dylan. El eterno trovador norteamericano visitó por cuarta vez el país y ofreció cuatro shows soberbios en el Teatro Gran Rex a fines de abril; como si eso no bastara, a mediados de septiembre editó Tempest, un álbum con aura de clásico inmediato. Al igual que sucede con su prolífica obra, la experiencia de esas cuatro noches mágicas es casi imposible de abarcar en pocas palabras; pero, haciendo un esfuerzo, podría decirse que se trataron de sendos homenajes a la cultura folclórica norteamericana: un mix de blues, folk, country y rock and roll tocado con maestría por un grupo de músicos excelsos. Dylan versionó cada uno de sus clásicos -al punto de tornarlos irreconocibles- y deleitó a su público multigeneracional; en parte, ahí radica justamente la grandeza de Bob: en las infinitas posibilidades encierran sus canciones aún cincuenta años después.

Lisandro Aristimuño – 3 de agosto, Teatro Gran Rex:

En el marco de la presentación de Mundo Anfibio, Lisandro Aristimuño brindó un emotivo concierto en el Gran Rex, con localidades agotadas, invitados de lujo: Lito Vitale, Fabiana Cantilo, Dread Mar-I, Gabo Ferro, Luciana Jury, Hilda Lizarazu, Boom Boom Kid y un público que se entregó por completo a la profundidad  lírica del cantautor. Una noche perfecta, en que la magia se instaló en las melodías. Con un destacado juego sonoro, el músico sureño cautivó a todos con una colosal versión de “Anfibio” (el primer corte de difusión de Mundo Anfibio). Canción que en vivo permitió vislumbrar la grandeza de su capacidad compositiva. A su vez, los presentes asistieron a una experiencia llena de conceptualismo audiovisual mediante una estética impactante, donde el exterior y el interior se conectaron gracias a proyecciones en la que la ciudad se fusionó con imágenes de agua, cielo y viento. Aristimuño logra convertir paisajes en melodías y  sentimientos en notas, invitando a sentir la armonía de los sonidos, abrazando la música como máxima expresión del corazón

Tame Impala – 18 y 19 de agosto, Niceto Club:

El sonido era espeso, cargado de efectos, con una voz hasta las bolas de reverberación, que se transformó en una energía envolvente, de tan envolvente por momentos agobiante. Y luego de los ajustes necesarios en “Solitude Is Bliss” y “Desire Be Desire Go”, la interpretación se libró de algunos acoples molestos y se volvió impecable. Cada cual fluyó en su propia película: minitas sub-25 que alzaban los brazos sumidas en el transe psicotrópico y bailaban “Why Won’t You Make Up Your Mind?”; algunos muchachos en el balconcito del segundo piso agitaban como barrabravas, extendiendo sus brazos cual banderines, coreanba cada uno de los estribillos, ya sea para “Lucidity” o para “It Is Not Meant To Be”; y los más claustrofóbicos se retraían hacia el hall central, con sus pupilas negras, infinitas, para calmar la sed en sus gargantas temblorosas, dejando atrás las posibilidades de un mal viaje.

Suede – 22 de octubre, Teatro Vorterix:

La banda menos reconocida y más oscura de la generación del brit pop dejó una huella imborrable en Argentina: en su primera visita logró revalidar el fuego sagrado de un puñado de canciones memorables –“Animal Nitrate”, “So Young”, “Beautiful Ones”- que, hace más de 20 años, cambiaron el curso de la historia del rock británico al posicionar nuevamente a Inglaterra en el centro de la escena luego del dominio abrumador que había sostenido el grunge en la radios de la Isla. De la mano de un líder carismático único como Brett Anderson, deudor del glam de David Bowie y de la elegancia de Morrisey pero dotado de una voz inigualable, Suede dejó en claro que sus canciones no pierden vigencia. Y en un año muy british (nos visitaron también Noel Gallagher y Pulp) sirven, además, para saber cómo suenan los que iniciaron todo.

Pulp –  21 de noviembre, Estadio Luna Park:

Hubo que esperar varias décadas para poder ver en vivo a una banda fundamental como Pulp. Iniciados en 1978, quizás sea por eso que estos héroes de la clase trabajadora de Sheffield son dueños de un sonido que trasciende las propias fronteras del brit pop y engloba a casi todos los buenos momentos del rock británico: el mejor pop de corte beatle junto a la elegancia de los Smiths, la psicodelia de los Stone Roses y la oscuridad de The Cure. En vivo, quien se lleva todos los premios es Jarvis Cocker: un frontman único, alguien que escribió las mejores letras de su generación y que sobre el escenario baila, arenga, contornea su cuerpo y ofrece su ácido humor inglés. Como conscientes de la importancia de esa visita debut, los miembros de Pulp ofrecieron un setlist interminable y plagado de hits noventosos -“Disco 2000”, “Common People”, “Something Change”, “Babies” y más- para dejar en claro que sí, todos se van a acordar de esta primera vez.

Dinosaur Jr. – 22 de noviembre, Teatro Flores:

A fines de noviembre, el violero que encandiló a Kurt Cobain a fines de los ’80 debutó al frente de Dinosaur Jr. en Argentina. La batería de clásicos fue arrasadora: “Little Furry Things”, “Freak Scene” y “Sludgefest” se sucedieron casi sin respiro. Pero más importante aún fue confirmar algo que se sospechó durante décadas: J Mascis es el gran guitarrista virtuoso de la generación de alternativos: solos lisérgicos, interminables y melódicos, disparados por una vieja y recauchutada Fender Jazzmaster a través de una literal pared de Marshall a un volumen criminal, le dieron al show el aura épico necesario para redondear una noche histórica, inolvidable. Ariel Minimal, los Utopians, los músicos de El Mató a un Policía Motorizado y muchos de los miles que llenaron el Teatro de Flores pueden dar fe: seguro que ellos también estuvieron dos días enteros con sordera temporaria.

Music Is My Girlfriend – 22 de diciembre, Ciudad Cultural Konex:

Con 17 bandas repartidas que representan lo más destacado del rock independiente nacional en 2 escenarios, el ciclo Music Is My Girlfriend celebró sus cinco años de existencia en la Ciudad Cultural Konex. Dijeron presente: Les Fleurs, Bencina Disturbio, Franny Glass, Violeta Castillo, Pelea de Gallos, Asalto al Parque Zoológico, Valentín y Los Volcanes, El Violinista del Amor y Los Pibes, Morbo & Mambo, 107 Faunos, Los Reyes del Falsete, normA, Valle de Muñecas, Viva Elástico, El Mató a Un Policía Motorizado, Bicicletas, Go-Neko! Uno de los grandes aciertos del festival fue la impecable organización, con una puntualidad que más de un festival quisiera tener. El otro gran acierto –y el fundamental- es la rica variedad de estilos que se pudo saborear. La jornada terminó alrededor de las 2 de la mañana y fue una de esas fiestas que a todo el mundo le gustan: largas, variadas y que te dejan los pies cansados y una sonrisa en la cara. Y, en este caso, con un par de chillidos en el oído medio también.