Internacional es el segundo nombre de los Pommez, banda nacional en ascenso que está disfrutando la muy buena recepción de su último y recomendable trabajo: Buenas Noches América. En AZ tuvimos la oportunidad de hablar con dos de sus cinco virtuosos integrantes y así indagar más sobre este mundo sin fronteras que lleva a los músicos a ser los protagonistas de los vivos más interesantes de la escena local de estos tiempos.

Por Estefanía Lestanquet

AZ: Tienen a Buenas Noches América recién salido del horno. ¿Cómo fue su proceso de composición? ¿Qué querían lograr?

Juan Ibarlucía: En primera instancia, BNA fue material caótico. Bocetos, canciones en un piano, demos en una laptop, ideas vocales. No había una dirección consciente sino una intuición. De esa primera etapa son “Rosario de la Frontera”, “La Celebración” y “Nueva África”. Esa primera instancia nos dejó el single “Rosario de la Frontera” (2011). que anticipó el camino de lo que se venía. A partir de ahí, fue explorar en ese universo de temas, ideas y problemas. Gradualmente. Se profundiza a medida que la vida te atraviesa con sus experiencias. Es imposible para nosotros separar las experiencias personales de las canciones y temas de BNA. Cada personaje, lugar e idea musical del disco nos acompañó durante meses antes de que pudiera bajar a su forma final. Son obsesiones, demonios.

Nicolás Uboldi: En la previa no teníamos un objetivo, o un norte que queríamos lograr. Como en todo proceso artístico uno bucea entre diferentes ideas, éramos como un barco a la deriva en mar abierto. Luego, poco a poco, todo empieza a tomar forma, y eso debe ser acompañado de tiempo y trabajo. Cuando las cosas fueron tomando vida propia  y una forma más tangible, quizás ahí el trabajo fue más “fácil” por así decirlo. Pero sin dudas el trabajo general de terminar los temas y producir el disco fue arduo e intenso.

AZ: El disco tuvo muchísimas descargas a menos de quince días de haberse lanzado. ¿Cuáles son las devoluciones que reciben por parte de sus seguidores y músicos amigos? ¿Cómo toman ustedes a las críticas y a los halagos?

Juan: La devolución hasta acá es impresionante. Sabíamos que había gente esperando el disco, pero estamos sorprendidos de los mensajes y del alcance que este proyecto está teniendo. Trabajamos para hacer una música que nos desafíe y a la vez, desafíe a quienes nos siguen,  pero en definitiva no deja de ser una cuestión de suerte que tu música se transforme en parte de la historia emotiva de los demás. En ese sentido, estamos agradecidos a nuestros seguidores y a los músicos amigos que hacen al entorno de intercambio de idea. Respecto a las críticas y los elogios, los tomamos como una consecuencia lógica de transformar tu música en una obra pública. Los disfrutamos, sin tomarlos como guía de nuestro proceso musical, que es una búsqueda que responde a otros estímulos.

Nico: Por suerte mucha gente -conocida y desconocida- se acercó a darnos sus impresiones sobre nuestra música. A mucha gente le gusto mucho el disco y eso nos llena de orgullo. Yo creo que cuando la música llega al oyente se completa uno de los caminos que tiene la música, la cadena se cierra, y las canciones empiezan a tener vida propia en esos oyentes. Ahora al tocar el disco en vivo estamos cerrando esa misma cadena de la música, esta vez de una forma mucho mas concreta y física. Creo que eso es lo bueno de la música en vivo: volver física a la música y que haya un grupo de gente que la recibe. Es cuando algo tan intangible como una pieza musical se vuelve levemente tangible, y la sentís en el cuerpo.

AZ: ¿Qué cosas tuvieron que cambiar o hacer evolucionar de Contraluz Contraataque para darle vida a Buenas Noches América?

Juan: De Contraluz Contraataque a Buenas Noches América hay al mismo tiempo una transformación total y una continuidad. Continuidad porque ambos discos tienen que ver con una voracidad artística común. Transformación porque BNA es un disco de música pop y Contraluz no. BNA es música popular con el dedo en el gatillo. Urgente, discursiva, sobre cuestiones que están sucediendo mientras hablamos.

Nicolás: Nosotros mismos como personas fuimos cambiando, el grupo por consecuencia también, y así la música y nuestras inquietudes. No recuerdo un momento en particular donde algo haya cambiado, lo veo mas como un proceso, como un crecimiento por etapas.

AZ: Solían tocar en la fiesta Capricornio en el Konex. ¿Cómo ven la movida nocturna de Buenos Aires? ¿Qué armas tomó POMMEZ de la noche?

Juan: Capricornio era nuestro evento en Ciudad Cultural Konex, donde hacíamos de anfitriones de cuatro jornadas donde también se reunían artistas visuales y otros músicos y DJ. Hicimos base en la noche de nuestra ciudad, como muchos artistas hacen hoy y siempre. Creo que hay una sensualidad y carnalidad bastante evidente en nuestra música que tiene que ver con experiencias que viven en la noche. Es un elemento más, en una música que tiene muchos elementos, otros que son antagónicos a eso mismo, como la política. Sobre la movida nocturna de Buenos Aires: nos ha tocado conocer otros lugares y Buenos Aires nos sigue pareciendo una ciudad con una vida cultural y nocturna de puta madre. Con el agregado, además, de ser una movida donde el estado no ayuda y las acciones privadas son desestimuladas con millones de trabas.  El otro día, por ejemplo, se inauguró el nuevo Club Cultural Matienzo, que creo que es un ejemplo de una iniciativa independiente exitosa. Es el más visible, pero hay mucha gente haciendo cosas.

Nico: La movida nocturna de Buenos Aires tiene mucho que ofrecer, pero hay que saber dónde meterse, y qué elegir. Con Capricornio queríamos armar nuestra fiesta ideal, con ciertas bandas o ciertos artistas, y creando un marco de respeto hacia el arte. La noche muchas veces quiere albergar bandas pero no se le da al artista el espacio y las condiciones para llevar a cabo la propuesta al escenario. Creo que muchos lo hacen bien, y por suerte tuvimos el placer de tocar en esos lugares.

AZ: ¿Qué de “internacional”, influencias, sonido, etc, consideran que tiene la banda? ¿Influencias, sonido etc?

Ambos: El territorio es un tema importante en nuestra música, pero no está vinculado a una idea de nacionalidad o internacionalidad.  Como artistas, estamos atravesados por las obras de quienes vinieron antes que nosotros y por quienes trabajan al mismo tiempo que nosotros. Eso los incluye a todos: peruanos, argentinos, norteamericanos, chinos, paquistaníes. Las barreras nacionales son políticas y nuestras emociones no tienen porqué hacerse cargo de ellas.

AZ: Son muy elogiados por sus shows en vivo, ¿Qué nos pueden contar sobre el armado de estos shows y lo que dan arriba del escenario?

Ambos: Tomamos a la banda en vivo como otra faceta del proyecto. Una cara más visceral, directa y física. Trabajamos con la concentración, el convencimiento y el cuerpo. Ajustamos la parte técnica –musical y escénica– para solamente preocuparnos por entregar todo cada minuto sin desconcentraciones.  Trabajamos con un equipo y una banda –en vivo se suman Demian Scalona y Andrés Markus– que nos permite hacer eso. ¿Alguna vez viste en acción a un médium, o a un pastor evangélico? ¿Viste el convencimiento, la seducción, el trance? Un show en vivo debería tener esa intensidad espiritual, ser un rito pagano. Sino, ¿Para qué sirve?//z

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