3 de julio de 1971, París. Al parecer, otra muerte relacionada con el consumo de drogas (eran los ’70 después de todo, no sonaba tan descabellado). Pero ese joven muerto no era un turista americano cualquiera que se encontraba en la Ciudad de la Luz de vacaciones. No, ese hombre no era otro que Jim Morrison, poeta, cantante, ícono. Ya pasaron 40 años de aquello y todavía no se sabe con certeza cuáles fueron las circunstancias exactas de su muerte, dando origen así a toda clase de rumores y teorías conspirativas: ¿Murió? ¿Está vivo? ¿El cuerpo era el de él? ¿Fue una puesta en escena? ¿Vive en Parque Leloir con Elvis? Se han dicho tantas cosas desde entonces… Se erigió el mito, la leyenda.

Por Gabriel Feldman

Había llegado a París para retirarse de todo: Estados Unidos, los Doors y la posible condena a prisión a causa de su actitud provocativa en los escenarios, aunque nunca se pudo comprobar fehacientemente si mostró su pene y si simuló una masturbación sobre Robby Krieger en aquel concierto en Miami. Por lo pronto, había sido condenado por “exhibición indecente”, cargo del que fue indultado en diciembre del 2010. Era tiempo para la poesía. Por su parte, junto con sus problemas personales, los problemas de salud aumentaban al igual que el consumo de drogas y alcohol. Él, que había sido un símbolo sexual, ahora estaba un poco desmejorado: los pantalones de piel ya no lucían igual, estaba gordo y la barba se apoderaba de su rostro (tampoco estaba tan mal que digamos, un poco de panza, la barba no le quedaba mal, pero bueno, comparado con el adonis que supo ser, medio que se dejó estar). Goodbye U.S.A, bounjour París. En la primavera de 1971 se instaló en Francia con su novia Pamela Courson, buscando un poco de inspiración y tranquilidad; no hablaba ni una palabra de francés.

Lejos de la parsimonia que podía esperar, es la historia del artista atormentado ¿no? Luego de un tiempo de tranquilidad y mejoría, sus problemas de salud aumentaban por recaídas en drogas y el alcohol. La mañana del 3 de julio Jim Morrison murió. Según consta en el reporte policial, Pamela Courson lo encontró muerto en la bañera. Las autoridades francesas desistieron de hacer una autopsia y en su acta de defunción figura paro cardíaco como causa de su muerte. Qué pasó, es un misterio. Tenía 27 años, otro más que fallecía a esa edad luego de Brian Jones, Hendrix, Joplin y Kurt Donald, sumándolo a ese estúpido grupo.

El cantante fue enterrado el 7 de julio en el cementerio parisino de Père-Lachaise en presencia de sólo cinco personas. La noticia de su muerte, que se extendió por todo el mundo, tardó dos días en recibir confirmación oficial. Todo lo rodeado a su muerte está lleno de dudas, con versiones para todos los gustos: suicidio, sobredosis o asesinato; menú variado para el agrado de cualquier comensal. Sam Bernet, autor de varios libros sobre “The Doors” y propietario del ya inexistente bar Rock’n Roll Circus, sostiene que Morrison falleció en su bar producto de una sobredosis y que él mismo fue uno de los que le trasladaron desde ahí hasta el baño de su casa. Otros más afines a las teorías conspirativas sostienen que fue asesinado por la CIA por haber sido un “agitador” contra la guerra de Vietnam y contra el gobierno norteamericano, representando así una amenaza en potencia. Y, como si fuera poco, hay quienes llegaron a decir que Morrison simuló su muerte y no falleció. Incluso su viejo compañero de banda, el tecladista Ray Manzarek, dijo alguna vez que si existe alguien capaz de escenificar su propia muerte y desaparecer en alguna parte del planeta, ese tipo sin duda es Jim Morrison.

Hoy por hoy Morrison y los Doors están tan vigentes como en sus épocas de esplendor. Nadie sabe lo que ocurrió realmente con el Rey Lagarto y eso es casi anecdótico. Si pasados cuarenta años aún no se sabe qué ocurrió, nunca se sabrá con certeza, pero sus canciones y poesía están más vivas que nunca. Eso seguro. Su influencia y legado es innegable: su voz es una de las más emblemáticas del rock, sus letras y su actitud provocativa y desenfrenada marcó a miles de millones. Mr. Mojo sigue creciendo y va a seguir haciéndolo…