Nueva York y Buenos Aires se conectan a través de la obra de Shakespeare en Hermia & Helena, la última película de Matías Piñeiro. ArteZeta dialogó con Agustina Muñoz, la protagonista del film.

Por  Ignacio Barragan y Sofía Speca

El invierno de Nueva York suele ser un cliché recurrente en el cine norteamericano. Es un recurso utilizado por las comedias románticas por su alto contenido emocional. En esas fechas se encuentra la navidad, las pistas de hielo, el año nuevo del Time Square. El comienzo de Hermia & Helena de Matías Piñeiro es un típico invierno neoyorkino encarado de otra manera. Desde la terraza de un edificio ubicado en las cercanías del Colombus Park de Manhattan el espectador asiste a los últimos días de Carmen en la ciudad, una estudiante, interpretada por María Villar, que está terminando su beca y debe volver a la Argentina. Este desplazamiento de un destino provisorio a la ciudad de origen es el punto central de la película. Una historia que transcurre entre una Nueva York cubierta de nieve y una Buenos Aires de verano.

La última película de Matías Piñeiro es un filme que vuelve a servirse de la obra de Shakespeare para contar nuevas historias. Esta vez el leitmotiv del filme es la traducción por parte de Camila – interpretada por Agustina Muñoz- de Sueño de una noche de verano para ser puesta en escena por su grupo de teatro en Buenos Aires. Si bien la ultima parte de la filmografía de Piñeiro que va desde Rosalinda (2011), pasando por Viola (2012) hasta llegar a La princesa de Francia (2014) son películas inspiradas en las obras del famoso dramaturgo ingles, estas son solo una excusa para poder plantear otras narraciones distintas a los argumentos originales. No hay adaptaciones ni homenajes de aquellas tramas del siglo XVI sino más bien una nueva lectura donde los enredos amorosos y los conflictos existenciales se trasladan a nuestros días creando algo completamente diferente.

Hermia & Helena fue estrenada por primera vez en el Festival de Locarno y a partir de ahí viajó por una gran cantidad de eventos cinematográficos como el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata para luego aterrizar tanto en las salas del Malba como en la recién estrenada Sala Lugones. Sin lugar a dudas es un filme que los fanáticos de Rohmer o de  Jacques Rivette no pueden dejar de ir a ver.

Esta última película de Piñeiro es ruptura y a la vez continuidad de su obra. Se desliga de los anteriores filmes ya que prácticamente está filmada en ingles, transcurre en Nueva York y existen una diversidad de momentos donde el director experimenta con distintos recursos estilísticos no empleados antes en su obra como la superposición de un texto sobre una escena o la utilización de un breve documental sobre el lago Nahuel Huapi de la década del 40. También es continuidad porque Piñeiro retoma nuevamente a Shakespeare para colocarlo en un plano central además de volver utilizar a su troupe de actores fetiche para esta última hazaña. Romina Paula, Julian Larquier Tellarini y Agustina Muñoz son parte del grupo actoral que Matías Piñeiro elige siempre para sus películas. ArteZeta charló con Muñoz en el estreno del film.

ArteZeta: ¿Cómo te llegó la propuesta para trabajar en Hermia & Helena?

Agustina Muñoz: Esta es la cuarta película que hago con Matías (NdE: Piñeiro). Somos un grupo que trabaja en todas las películas, no sé bien hasta cuándo será así. Pero hay algo de ser siempre los mismos e ir rotando de roles. Un amigo de Matías le propuso hacer una película en Nueva York, de la misma forma  que él hacía las películas en Buenos Aires, con una escala y una forma de trabajo parecidas. Justo yo, en ese momento, estaba con una beca en Amsterdam, estuve viviendo ahí tres años, y de alguna forma yo estaba en una situación muy parecida a la situación que estaba viviendo el personaje. Creo que esa fue una de las razones por las que se decidió que hiciera yo el personaje principal (Camila). Y a partir de ahí empezamos a hablar con Matías. Ciertas cosas, como la idea del padre, estaban desde el principio. Se fue desplegando hasta que finalmente se pudo filmar. Lo hicimos en tres partes: Maria Villar fue a Nueva York, aprovechando un viaje para mostrar la película anterior. Después filmamos en Buenos Aires y después en Nueva York.

AZ: ¿Cómo fue la experiencia de trabajar con un guión bilingüe?

AM: Con Matías hablamos mucho que teníamos que hablar un inglés bastante argentino. La idea no era que nosotras fuéramos unas expertas, que tengamos acento norteamericano. Estaba bueno que fuéramos argentinas que habláramos inglés. Yo justo estaba en Holanda hablando en inglés todo el tiempo, como segunda lengua que es un poco la que usamos en la película. Estuvo bueno, me parece, porque le da a la película otro tiempo. En español hablamos muy rápido. Para mí fue una buena experiencia filmar no teniendo la lengua como un aparato tan a mano, como lo tenemos en español.

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AZ: ¿Cómo fue la recepción de la película?

AM: Fue muy buena. Fue super bienvenida por los que les gusta el cine de Matías y lo siguen. Incluso para personas que no eran tan cercanas o tan afines a su trabajo esta película les marcó como una posibilidad de entrada. Es una película que abre de alguna forma otros temas, otras formas. Sobre todo la parte final, lo del padre. Para la filmografía de Matías, tiene un montón de elementos nuevos. Creo que es algo que todo el tiempo defiende mucho, que cada película proponga nuevos desafíos, no quedarse con las cosas que ya manejamos.

AZ: Es la cuarta película que hacés con Piñeiro, como actriz ¿qué creés que tiene él que lo diferencie del resto de los directores?

AM: Creo que Matías es un director que tiene ideas muy claras respecto a lo que le gusta, lo que quiere, lo que pide para la actuación. También, lo que le pide al director de fotografía, Fernando Lockett, con el que trabaja hace mucho tiempo. Son un equipo que se conoce mucho. Para un actor siempre es muy reconfortante, muy interesante, trabajar con alguien que te lleva de una forma tan clara a una propuesta. Sabe cómo quiere que suenen las cosas, cómo quiere que sea el tono. Sabe lo que quiere que pase. Matías nunca te da un texto y tenés que estar ahí, tomando una taza mientras lo decís. Hay una propuesta de movimiento muy clara y eso ayuda mucho a la composición. Es un artista con una idea de obra. Eso te ampara mucho, te exige y te genera desafíos cada vez.

AZ: Los personajes de sus películas se mueven dentro del mismo mundo artístico que vos ¿Facilita tu conexión con los personajes?

AM: Hay algo de las películas de Matías que a mí me gusta mucho: por un lado, son personajes que de alguna manera son cercanos, por lo sus trabajos y la edad;  y por otro, hay algo de cierto artificio dado por el diálogo, por los movimientos, por el hecho de que siempre está Shakespeare por debajo. Entonces eso hace que no seamos simplemente unos jóvenes hablando de amor. Eso pone todo en otro nivel y la diferencia de otras películas de jóvenes. Hay un aparato estético, de sentido y conceptual que está por debajo todo el tiempo.

AZ: Sos directora en teatro ¿te cuesta volver al papel de actriz en el cine? ¿Participás de la dirección? 

AM: Muy poco. Cuando actúo me gusta está dispuesta a lo que el director viene a proponer. Como en todo trabajo, los actores participan de la discusión, de ciertas cosas. Pero a la vez, en el caso de Matías, se discuten antes las ideas. Cuando ensayamos leemos los guiones muchas veces, vamos corrigiendo palabras y frases. Una vez en el set uno está ahí, muy al servicio, interviniendo menos. Son previas las discusiones que Matías abre, en las que es generoso.

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AZ: ¿Te ves dirigiendo una película en el futuro?

AM: Es algo que está ahí pero por alguna razón todavía no surgió ese impulso. Tengo escritas algunas cosas. Creo que en algún momento estaría bueno probarlo, me interesa ese lenguaje. Debería hacerlo con un equipo que me ampare. Todavía está en un futuro más lejano.

AZ: ¿Qué temáticas te interesa abordar, te generan ganas de trabajar en un proyecto?

AM: Justo hay algo en Hermia & Helena que es muy a fin a las cosas que me interesan: ver a las personas atravesando distintas situaciones. ¿Cómo explicarlo? en Hermia & Helena es muy claro, ves a un personaje que todo el tiempo se está moviendo y va teniendo encuentros. Como un cuerpo que está todo el tiempo siendo confrontado por situaciones. Me pasa lo mismo en el teatro, me interesan los cuerpos, las personas.//∆z