Felices feligreses debéis de estar con la llegada de True North, un nuevo capítulo proveniente del Mesías de la Costa Oeste digno de respeto y devoción. El dogma que nunca falla y que a pesar de su nombre sigue siendo de los mejores: Bad Religion.

True North cuenta con dieciseis temas, todos ellos desparramados en 35 minutos, retomando la estructura clásica del movimiento, con una duración de entre dos y dos minutos y medio en su mayoría. Los mismos no escapan a la lógica BR: cuestionando lo establecido y pateando cabezas a nivel musical, pero superando el nivel de los últimos años.

La sana costumbre de tratar consignas tales como las miserias sociales y políticas en sus líricas perdura, resultado de las mentes brillantes y analíticas del profesor de Universidad Greg Graffin y el dueño de la discográfica Epitaph (sello emblemático del palo) Brett Gurewitz. Esto se ve plasmado en canciones como “Robin Hood in Reverse”, “Dept. of False Hope” o “Popular Consensus”. También la temática del gran apocalipsis de valores a nivel global, es una constante y aparece en “Crisis Time” o “Land of Endless Greed”. Todo ello en un tempo que en promedio supera los 150 que marca el metrónomo, menos en “Hello Cruel World”, lo que no significa que deje de ser contundente. Es el único track que supera los tres minutos y, si se quiere, posee un perfil Grunge diferente a lo que se despliega en el resto de la obra.

Veloz, agresivo, fuerte… cuántos otros sinónimos se podrían enumerar de este calibre y así y todo no alcanzarían. Temas electrizantes como “Fuck You” (primer corte de difusión), “Vanity”, “Nothing to Dismay” e incluso el tema que lleva el nombre del disco, son una clara síntesis de lo que el presente BR nos ofrece. Letras que concientizan y alertan sobre una realidad progresivamente más nefasta para no ser cómplices de ella y tratar de alternarla. Mientras, nos sumerge en un gran espiral sonoro altamente envolvente y vertiginoso que no permite escapar a las cervicales del constante headbanging, de la mano de solos de guitarras punzantes, sólidas bases y coros pegadizos.

Con una tendencia bien demarcada en el Hardcore Melódico, pareciese que para Greg y compañía el tiempo se detuvo. Siguen tan incisivos como en sus años pichones, pero aggiornados a los tiempos que corren. Más de treinta años rodando, dieciseis discos en su haber y continúan haciendo producciones que los jerarquizan como una banda de las mejores del género y que, a pesar de las idas y venidas de integrantes (Gurewitz entre otros), se mantienen ajustados. “¿Haciendo lo mismo de siempre?” preguntará algún hereje. Sí, pero de la manera más acabada y soberbia posible. Esto los sigue posicionando como uno de los exponentes más vigentes, y a su vez referentes en todo aspecto. Alcanzan pero a su vez establecen -una vez más- el verdadero Norte, para ellos mismos y para el resto.

La Crossbuster de nuevo esparce su mensaje siendo profeta en su tierra y la ajena. ¡Bienaventurados aquellos que sin haber escuchado creen, porque serán recompensados con el milagro Punk! Amén.

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