Una charla íntima con Jorge Salinas, un cantautor más que interesante de la Zona Oeste del Gran Buenos Aires.

Por Joel Vargas

Primera Parte

El encuentro con Jorge fue en Castelar, más precisamente en La Cucha Bar, uno de los reductos rockeros por excelencia de la movida oeste. En el lugar había una muestra de los fotógrafos Eugenia Guiñazu, Lucas Poladian y Luisina Colombo. La temática y el leit motiv eran, precisamente, retratos de artistas del Oeste, actuando en directo y en vivo, tales como Guillermo Beresñak o Yicos, entre otros. Mientras espero a Jorge, me siento en la silla de una mesa pegada a la pared. Cuando finalmente llega, me dice “¿te diste cuenta dónde te sentaste?”, le respondo que no y me hace notar que justo arriba de mi cabeza hay una foto de él, sacada por Guiñazu, en ocasión de la presentación de su disco Nuevo Lago, en el Teatro Laferrere de Morón, el 25 de Junio de 2010. Entonces, mientras de fondo suena Jorge Drexler (que en algún punto de la charla se va a convertir en el otro Jorge), pedimos dos aguas tónicas y hablamos durante una hora.

Jorge Salinas se encuentra en la misma galaxia de cantautores del universo “zona oeste”. Se codea con los ya reconocidos Juanito el Cantor, Coiffeur y Guillermo Beresñak. El tres de enero de 2008 empezó su proyecto en Frida Bar (San Antonio de Padua) tocando para unos pocos, con su amigo y artista plástico Buda Pest, quien expuso varias de sus obras. Hace poco se cumplieron tres años de ponerle su propio nombre a la música y abandonar el formato banda. Durante ese tiempo pasaron muchas cosas: la salida de un EP, “Limonero”, en febrero de 2009; viajes a Brasil y la grabación de “Nuevo Lago” -producido por Juan Graña (Shambala) en el estudio Monstruoverde de San Antonio de Padua-, junto a su posterior presentación en vivo el año pasado en Morón.

Jorge empezó a tocar la viola allá por el año ’93, cuando en sus punteos y zapadas reinaba el rock y el blues. Desfiló por bandas como El Tropezón, Jacaranda, Sabia y Halo. Quien lo aconsejó para que cante sus propias canciones fue un profesor de guitarra de aquel entonces, un tal Miguel Botafogo, que en el año 96 había separado a Durazno de Gala y tuvo que empezar a cantar.

Las influencias de Jorge van desde el Flaco Spinetta, Björk y Radiohead, pasando por el rock sinfónico, el folclore y hasta la música clásica impresionista de Claude Debussy o Maurice Ravel, que, según Jorge, “trabajan como si fuesen construyendo una pared, con bloques: componen una idea, la ponen en un lugar, componen otra, la ponen en otro lugar, y así van armando las obras. La canción es eso: tiene una estrofa, tiene un estribillo. Son dos cosas distintas.”

Desde el vamos, “Nuevo Lago” parece un disco conceptual: el arte de tapa es un cuadro de Verónica Vivanco, donde vemos un lago/mar/río con el agua llegando a la orilla. La tapa del disco retrata una tranquilidad que se transmite en trece canciones, que por momentos, también son olas golpeando la playa. Las canciones de Jorge tienen eso, una mansa calma, mezclada con un oleaje rabioso.

AZ: En el disco, más allá de la canción “Desaparecidos”, pueden encontrarse muchas metáforas políticas, alguna especie de militancia ¿Es así?

JS: En el disco hay una canción que es puntualmente política, en otras hay estas metáforas que vos decís. Como en “Y así esta canción se dio”, cuando dice que arrimaron todos los planetas hacia el cuerpo de un burócrata, está hablando de los modelos de hoy en día, que estamos supeditados a ellos. Todo el tiempo estamos tratando de llegar, todos los modelos son hacia eso, a esa pirámide que somos muchos, pero hay uno ahí arriba. En algún punto, tengo como un bagaje político desde el escuchar, el discutir desde de la militancia, tal vez en los lugares de trabajo. Desde mi casa hay influencia política, charlar sobre política, el hacer política de mi viejo. Bueno, eso está en el disco, de alguna manera. Yo ahora me pongo a pensar y, digo, iba a la marcha del 24 de marzo, iba a caminar esas cuadras donde se estaba gestando esa conciencia que hoy en día está como puesta ahí, en una canción o en un gobierno si querés. Entonces, sin querer hablar mal o bien del gobierno, soy como parte de eso ¿No? De esa situación que se empezó a dar en los 90, y que hoy hay otra campana diciendo cosas. Bueno, la canción esa es eso.

Todas las demás canciones siempre tuvieron esa situación que tiene que ver con el nivel ideológico, el nivel de militancia de cada uno o el nivel de conciencia. No hice un disco como Víctor Jara, pero hay que ver hasta qué punto es lo mismo. Como si un disco de Arjona pudiera tener una militancia también ¿no? Porque quién es quién para decir qué es militancia o no, o como uno ve las cosas. Yo creo que la sinceridad va por sobretodo. Arjona a mí no me gusta, mejor dicho, no lo escucho, pero creo que canta con sentimiento, o Chichi Peralta ponele. Es música que no me pongo a escuchar pero, más allá de toda la situación comercial alrededor, pasan ahí como con ese sentimiento y esa sinceridad a la hora de cantar.

AZ: ¿En el futuro grabarías otra canción con un mensaje así?

JS: No, tengo que poner las canciones que me nacen de la sinceridad. Repetir el modelo como que sería muy fácil. Entonces, no siento que tenga que ir para ese lado igual. Creo que las instituciones no funcionan, no van a funcionar en un futuro, entonces no quiero fortalecer eso. Uno va a la plaza, va a hacer la marcha, todo, pero en algún punto sacia un montón de cuestiones personales, apoya determinadas movidas y demás. Pero también, al mismo tiempo, contribuye con ese sistema que no hace todo. Entonces, como que uno un día puede tocar para un municipio, otro para un privado y otro día hace la autogestión. Pero no creo en eso. Respeto a este gobierno que tiene muchos actores por ejemplo, muchos artistas, muchos músicos y actores apoyando, bueno buenísimo. Y cuando haya otro gobierno estarán desde la oposición de su arte, con la oposición. No creo en el arte como transformador de estas instituciones, creo en el arte como transformador en esta charla tuya, mía, ¿No? Como construcción.

AZ: Entonces el arte no cambia a la institución en sí, al Estado…

JS: Sí, la cambia, la modifica, la construye. Pero también, al mismo tiempo, contribuye a que sea. Yo no digo que ahora no haya Estado, sino que, en un punto, creo que hay otras formas de organización, que solo es cuestión de construirlas cada uno desde su lugar. O sea, conozco muchos amigos artistas que militan y, al mismo tiempo, sacan un disco y bueno, cada uno con sus miedos ¿No? Por ejemplo León Gieco, para nombrar, es un tipo militante político/músico, como Víctor Jara. A mucha gente le da una sonrisa y a mucha gente le da una canción, y está buenísimo también. Por eso no juzgo esas cosas, si no que perdono y respeto.

Jorge Salinas va estar tocando en la Feria del Libro Independiente del Oeste el domingo 20 de Marzo en Casa FRIDA, Olivera 1587 (Esq. Agrelo) Ituzaingó Sur.