Generation War sigue los destinos de unos jóvenes en pleno estallido de la Segunda Guerra Mundial. Una producción alemana que le responde a los que creíamos haber visto todo sobre el tema.

Por Alejo Vivacqua

Estamos acostumbrados a las series y películas sobre la Alemania nazi. Y ese es el problema. Nos acostumbramos a ver y  a emocionarnos con los soldados yanquis que llegan en plan salvador a barrer de Europa la amenaza del Führer. Pero, ¿qué pensarían ustedes si les dijeran que los soldados alemanes no eran demonios, y que hasta algunos eran queribles? Pongamos como ejemplo a Friedhelm Winter, uno de los cinco protagonistas principales de esta serie. Lee a Herman Hesse, desprecia a sus compañeros e incluso considera que la guerra que ordenó Hitler es absurda y criminal.  Y tiene conflictos con su hermano mayor, Wilhelm, quien está al mando del batallón y cree que Friedhelm es un cobarde por no ofrecerse como voluntario a algunas de las misiones más riesgosas.

Como dijimos, son cinco las vidas en las que hace foco esta miniserie de tres capítulos de hora y media cada uno*. Los dos soldados, los hermanos Winter; Charlotte, una enfermera que va a servir al frente y que está secretamente enamorada de Wilhelm; y la pareja que forman Greta, una aspirante a cantante, y Viktor, el único judío del grupo, que está en el momento y el lugar equivocado.

Ellos rondan los veintipocos años, son amigos de toda la vida y se criaron juntos en el mismo barrio de Berlín. Al comienzo del primer capítulo estamos en la mitad de 1941 y se los ve en una reunión de despedida antes de partir para Rusia al frente de batalla. Prometen reencontrarse para la navidad de ese año, ya que todos creen y confían en que la guerra va a ser poco menos que un trámite. Esa noche sacan una foto grupal que los va a acompañar en todo momento.

Viktor, quien se queda en Alemania con Greta, tiene que irse del país cuanto antes. Ella, mientras tanto, se ilusiona con una carrera en el mundo de la música. Charlotte se enfrenta al desafío de denunciar o proteger a una enfermera que se sospecha que es judía. Y los Winter le ponen el cuerpo a una guerra en la que no creen. Así las cosas, lo que deja este drama es una ambientación espectacular, grandes actuaciones y la sensación de estar viendo una historia original y atrapante, siempre desde el lado de los victimarios.

Su título original –y al que su traducción al inglés, como es costumbre, no le es fiel- es Unsere Mütter, unsere Väter, que significa exactamente “Nuestras madres, nuestros padres”. Quizás esa literalidad sirva para entender por qué en su país tuvo una gran repercusión e hizo que la discusión alcanzara a las distintas generaciones de alemanes. ¿Cuántas veces hemos escuchado que, en tal película o serie, se humaniza a alguien despreciable? Recordemos “La Caída”, en donde se muestra a un Hitler algo afectivo con sus mascotas. Eso es absurdo. De Generation War algunos equivocados podrán decir lo mismo, pero hay algo que no podrán discutir: no hay nada más conmovedor que el horror visto con humanidad. //∆z

*En la gran página cultmoviez.net se pueden ver los tres capítulos online.