Con cuatro diversas y ascendentes bandas del circuito indie local, el día viernes tuvo lugar el Festival Sonido Argie en Niceto Club.

Por Matías Roveta – Martín Barraco

Fotos de Martín Benavidez

A priori, la propuesta del Festival Sonido Argie, con su heterogéneo line-up, planteba ciertos interrogantes. Bastarían tan solo algunos minutos y el correr de las bandas para darse cuenta que la diversidad estilística de cada grupo, se traduciría en la interesante propuesta, tan plural como abarcativa, de escuchar buena parte de lo mejor del indie nacional, con Niceto Club como teatro de operaciones, y con los sellos independientes Laptra y Triple RRR como principales anfitriones.

La noche, todavía con poca gente y muy temprano, arrancó con los platenses 107 Faunos. Con la banda arriba del escenario, se vivió un clima de fiesta y de distensión. Era la imagen de una comunidad indie, con músicos polifuncionales que intercambian funciones y que, en ciertos pasajes del show, arremetían de entre las sombras para tocar un cencerro, una pandereta o hacer furiosos coros a grito pelado. Algunos de los personajes que observaban el show de la banda desde arriba del escenario, por momentos dejaban de lado sus funciones de “agite” para tocar algún instrumento, o arengar al público a la par de quienes tocaban. Entre guitarras, bajo, batería, teclado, maracas y panderetas, eran diez los músicos arriba del escenario. La banda destaca la faceta guitarrera onda Television, con un interesante diálogo entre las guitarras de Javier Sisti Ripoll, la de su hermano Félix y la de Miguel Ward, y los estribillos festivos, construídos sobre la base de las notables armonías vocales de Javier y Felix Ripoll, Juan Pablo Bava y “El Chango” de El Mató a un Policía Motorizado, quien además tocó el bajo y alentaba al público para que cante y baile como si estuviese en la tribuna de su querido Gimnasia y Esgrima de La Plata.

El sonido low-fi circa Pavement de los 107, se convierte en vivo en una potente masa de sonidos de rock alternativo, como sucede en canciones como “El Jefe de los Malos”. Por momentos la banda suena más melódica y pausada, con entrañables melodías y cálidos arreglos de guitarra, como en “Fiesta de Cerezas”, “Movimiento de las Montañas” o “John Henry”. Pero donde verdaderamente se ve la innovadora propuesta y el alcance de la banda, es en energéticas canciones, increíblemente cortas, con mucho de actitud post-punk e irresistibles estribillos coreados, como en “Scottie Pippen y yo” o “El imán de lo nuevo”. Para el final, la banda y su público cantaron a viva voz un último tema. Arriba del escenario los Faunos luchaban contra el telón, el DJ –los enemigos de la noche- y el corte del sonido.

Luego, tras desconcertantes intermezzos de música electrónica entre banda y banda, subió a escena Viva Elástico. En cada uno de sus shows la banda oriunda de Longchamps da muestra de su notable sonido, cada vez más calibrado y con un alto nivel de potencia, algo quizás no tan presente en el disco. Sin embargo, esto que se gana en los shows en vivo tiene su contraparte: en relación a los arreglos, samplers y programaciones electrónicas presentes en el álbum que, por el momento sin teclado, son difíciles de trasladar al vivo. Lo cierto es que ese sonido más crudo y rockero, idóneo para un show en vivo, seduce igualmente, y arremete en grandes canciones como “Imágenes de Amor” o “El Festejo”.

Viva Elástico es claramente una banda en ascenso, con un amplio margen para seguir explotando su enorme potencial en próximos trabajos. Allí, dentro de ese mágico mundo elástico, relucen los sutiles arreglos de guitarra de Mateo Zabala y la conmovedora voz, tan sentida como quejumbrosa, de Alejandro Schuster –lookeado a lo Brett Anderson-, bien al frente del sonido. La sólida base se completa con Santiago Pacek en el bajo y, esta vez, con Tifa Rex en batería (“nuestro batero todavía no volvió de Córdoba”, dijo Ale al presentarlo). La banda fue repasando cada una de las canciones que forman parte de su disco debut Viva Elástico (2009), como “Las Motos” o “Vuelven”, que conformaron los momentos más festejados de la noche, “Complejo Adolescente”, “La Radio” y “El Amor Enferma”.

Al promediar la noche y tras otra cuestionable aparición del DJ, fue el momento de Los Reyes del Falsete, el original trío de Adrogué. En su show, por momentos recuerdan a Sui Generis, por momentos a Sonic Youth, y por momentos a Belle and Sebastian. Lo suyo es una mezcla de noise rock (“Mi Chica”), folk y pop (“Pacheco” o “Contale al Mundo”) y hasta psicodelia. La formación de la banda plantea de movida algo nuevo e innovador: la ausencia de bajista la reemplazan con el diálogo de las guitarras, entre distorsivas, melódicas y ruidosas, de Nica Rex y Juanchy Munchy. En los Reyes del Falsete, más que un cantante con sus melodías, hay armonías vocales asentadas en el dúo vocal Nica-Juanchy, quienes alternan su canto con pasajes de verdadero falsete y se dividen las tareas de frontman. El show es pura energía y emoción. Nica dice: “muchas gracias por venir, nunca tocamos para tanta gente…”. Juanchy completa la idea: “Gracias de verdad. Estamos muy emocionados, creo que vamos a llorar…”. El final fue a pura velocidad con “Yabrán” y luego, tras el cierre del telón, los chicos aparecen de nuevo cantando a capella, acompañados por todo su público.

Ya para el final, Nairobi salió a escena y, frente al poco público que permanecía en Niceto, gracias a un extraño line-up que ofrecía lo más convocante al principio, la banda liderada por Ivi Lee desplegó todo su reggae dub, demostrando porqué es considerada la gran aparición del reggae nacional. A diferencia de las otras bandas en escena reggae, seguidores fieles de la escuela jamaiquina y rastafari, Nairobi patea el tablero e impone en sus ritmos y letras el legado inglés dentro del género. Con toques de Madness, una pizca de Luca Prodan en la voz de Ivi Lee y mucho de dub, en parte gracias a la variedad de instrumentos que la agrupación usa en escena (sintetizadores, teclados, samplers, pistas electrónicas), la propuesta de la banda ofrece una mirada alternativa a un género ya instalado en el circuito local.

Si bien las bandas participantes del festival permitieron ver la variedad y la buena salud de la que goza el circuito indie local, la disposición a la hora de tocar fue un impedimento para que todos los concurrentes pudieran disfrutar al máximo de la velada rockera. Gran parte del público que saltó y bailó con 107 Faunos y Viva Elástico, fue abandonando Niceto durante el show de Los Reyes del Falsete y pocos quedaron para ver a Nairobi. Quizás fue este el único aspecto “negativo” de toda la noche. Lo plausiblemente positivo fue todo el resto.

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