Prietto Viaja al Cosmos con Mariano se presentó el sábado en el Zaguán Sur repasando toda su carrera con un show de más de treinta canciones. Crónica de un show imperdible.

Por Gonzalo Penas

Fotos de Aldana Antoni

Cuando una banda que gusta mucho y es una de las preferidas de la escena no hace muchas fechas durante el año, hay que aprovechar las noches donde hacen un recital y más si el evento es en el querido Zaguán Sur (ZAS). Por eso, bien entrada la madrugada, Moreno al 2300 se iba poblando de personas que se acercaban a verlos. El evento de Facebook era contundente: iban a repasar toda la trayectoria de la banda, desde su primer EP hasta Le Prièt Viaha​-​Chosmos e-​ba con Maourian​!​!​! disco doble y último grabado en un estudio por el grupo en 2011. Más aún, iban a subir invitados, algo inesperado y poco visto para los que siguen a Prietto Viaja al Cosmos con Mariano desde hace varios años.

Si bien empezaba pasada la madrugada del domingo a uno se le hizo tarde y se tomó un taxi por menos de cuarenta cuadras, habló con el taxista de la pelea de boxeo que tenía expectante a la mayoría de los argentinos, pero a uno no le importaba mucho eso: todo era llegar a tiempo para ver a una de las bandas más queridas de los últimos ocho años. Por eso, uno asentía con la cabeza o con un simple “mirá vos” cuando le hablaban de ex boxeadores que también pelearon por el título del mundo tiempo atrás en la historia -de Galíndez a Coggi, pasando por Roldán, Domínguez y Vázquez o como se llamen- mientras relojeaba el horario en el celular. Pero llegado al ZAS había muchas personas afuera, compartiendo algún cigarro y anécdotas. Adentro solo estaba la banda con un puñado de amigos cenando y tomando algún trago. Ya más tranquilo por haber llegado a horario, uno se sentó y esperó a que llegaran más amigos y que la noche se desenvuelva como se esperaba. Si hay un lugar para disfrutar de haber llegado con unos minutos de anticipación es el ZAS, no solo por la excelente música que pasan sino porque es uno de los pocos lugares donde en la barra hay ginebra y Amargo Obrero para esperar por un recital que generaba ansiedad por la mencionada previa.

Después del set de Oso Vieja -con una especie de dub psicodélico y un cierre con “Break it all” a puro festejo- aparecieron Prietto y Mariano con una cerveza cada uno y aún con el telón cerrado empezaron una especie de zapada. Cuando se abrió el telón, el arpegio de “Divagando en el salón cósmico” abrió el show. Sí, con ese clásico comenzaba el recital. Y si así empezaba todo, ¿qué quedaría para después? Como es habitual, le siguieron “Tú eres quien va” y “Chispas”. Prietto bebía sorbos de su botella de cerveza, mientras Mariano agradecía y de paso también se refrescaba. ¿Frío en la ciudad? ¿Tormenta de sábado otoñal? Nada que ver. No solo se había abierto la noche con la madrugada que se expandía por el Zaguán Sur sino que también el lugar -colmado casi en su totalidad- era un hervidero. A medida que las canciones iban pasando la gente alternaba saltos, pogos, adrenalina pero también asombros por las sorpresas que deparaba la lista de temas. A “Vacaciones” y “Niños” se le sumaban canciones como “El viento del alba”, “El ojo de EL” o “Cruzando el parque”, con el silbido que atraviesa la canción acompañado por el público, para volver a los viejos clásicos como “Av. Corrientes” que hacía que la gente no se quedara quieta ni un segundo en el ZAS.

En la mitad del show, luego de otros clásicos de la banda como “Tobogán” y “Vestido de verano”, que como siempre en vivo suena bastante más rápida –casi punk- que en la versión de estudio, se subieron al escenario dos invitados: Pipe de Go-Neko en teclados y Capitán Orate (de La Patrulla Espacial y Shaman y los Hombres en Llamas). Mientras se subían los invitados, Mariano preguntó cómo había salido la pelea. Alguien gritó que Maidana había perdido por puntos y el baterista respondió qué entonces seguro “le afanaron la pelea”. Sea cierto o no el resultado final del evento que paralizó a varios argentinos, la sorpresa del público que se refugió en la buena música en vivo no iba a detenerse en ver al dúo acompañado por otros dos músicos, sino también seguiría con la interpretación de “Me vas a recordar”, tema que abría El split junto a Shaman y los Hombres en Llamas y Sr. Tomate allá por el año 2009. Inolvidable momento en el Zaguán Sur. Para agregar uno más a los tantos que uno ya tiene en ese lugar. Con esa formación en el escenario, tocarían también “Las cosas de cada año”, “Ey, esa no es forma de decir adiós” (el cover de Leonard Cohen) y “Tristeza”. Ese bloque de canciones como cuarteto fue el fiel reflejo de toda la velada. Esa combinación de canciones emblemáticas con sorpresas, perlitas de la noche. Como sucedió también con “Cometa” seguido de “Verano Fatal”. Llegaba el final, al menos de la lista que estaba pegada en el escenario. Lista que, dicho sea de paso, sufrió algunas modificaciones en cuanto al orden y en cuanto a la cantidad de canciones. Una versión hardcore-punk –a lo de Dead Kennedys- de “Bombero” parecía cerrar el show. El piso del Zaguán temblaba. No hay exageraciones en estas líneas. Vibraba el piso con la tremenda versión del tema y con el grito de la palabra fuego con el que termina.

Luego de los aplausos y el pedido por más canciones, Prietto se preguntó qué tema hacer y los invitados le respondieron enseguida con los acordes. “¡Pero se acuerdan todo ustedes!” les respondió. “Tu único” fue el primero de los bises, y eso que Prietto acusó no acordarse de los acordes. Pero había más aún, la tan inesperada como festejada “Fuertes olas”, y las pedidas por el público “El monstruo” –que enloqueció a todos, cantando cada estrofa de la canción- y “Rezan”. “Hacemos una más y nos vamos” dijo Prietto mientras Mariano agarraba la pandereta: “Bahía Rosales” cerraba la noche. Un impecable show. Se hacen esperar, pero cuando tocan, superan las expectativas incluso de los que ya sabemos de qué va la cosa por seguirlos durante tantos años. Un recital de más de treinta canciones y donde repasaron toda su carrera. Afuera, esperaban varios grados menos que adentro del ZAS pero qué importa: mientras Prietto Viaja al Cosmos con Mariano siga dando conciertos así, se puede seguir buscando siempre la luz y siempre en el amor.