El jueves en el Zaguán Sur había una muy buena excusa para escuchar música. Las Visitas, un proyecto editorial independiente que a través de 25 escritores y 25 bandas emergente tratará de ilustrar el mundo de la música underground, lanzó la convocatoria en Idea.me, una plataforma de financiamiento colectivo que permite a los interesados comprar el libro anticipadamente y convertirse en productores del proyecto. Por ello celebraron una fiesta en el viejo ZAS de Balvanera con las presentaciones de tres de las bandas seleccionadas: Simón Fuga, Riki Riki Tave y La Banda Misteriosa y CLDSCP.

Por Gabriel Feldman

Fotos de Pablo Lakatos

La idea de Las Visitas es hacer un zoom in al mundo de la música underground, poner la lupa en el lugar que otros no lo hacen. Con ese fin, Juan Manuel Daza convocó a 25 periodistas, escritores, poetas y conductores de radio, para que investiguen, analicen y sociabilicen con 25 bandas emergentes de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Uruguay y Perú. Una misión tan periodística como antropológica sobre este circuito marginal alejada de las luces de los grandes estadios; no por nada su editor lo definió como un proyecto de espeleología underground. Y la espeleología no es otra cosa que el estudio de las cavernas…

En el ZAS, una de esas cavernas de la capital federal, fuimos testigos de una velada psicodélica y surrealista por varios motivos. Vayamos por orden. Capítulo primero, rock After Chabán. A las 23 la celebración se inició con Simón Fuga, “cinco ases del funk, el post-rock, el fútbol menottista y la sexualidad ambigua”, como los presentó Miguel Molina y Vedia, periodista encargado de retratarlos en el libro. Ni bien empezaron con su funk-cósmico el silencio se transformó en un ritmo embriagador que despertó el baile frente al escenario.  Los cuerpos no paraban de moverse al compás de esta  banda de música instrumental que parte del funk y no conoce límites. Más allá de la referencia al célebre anarquista Simón Radowitzky en su nombre, estos muchachos entienden que la libertad es la premisa a la hora de crear y que cuando se sienten encerrados la fuga hacia otros confines (territoriales o sonoros) es la única forma de conseguirla: rajan hacia otro lugar y así terminan con una demostración del jazz más ácido que lleva a Jeremías Lentini, disfrazado con un vestido a rayas rojo y blanco, a largar su SG y concentrarse en los sonidos que le puede sacar al theremin. Todos obnubilados. Todos. Incluso Fernando Vergara soltó su guitarra, se recostó sobre la pared de ladrillo y con los ojos cerrados, embebido por el sonido, disfrutó tan cómplice como el público del delirio del que era participe.

Más tarde, la Riki Riki Tave y La Banda Misteriosa. Capítulo segundo, The Mysterious Band.  Pero antes de empezar a tocar, de entre medio del público saltó un payaso panzón con una nariz alargada y deforme (¡Microbio!) que con tono maquiavélico y poema de por medio introdujo a la Riki para que arranque de una vez por todas. Y esta banda, que de a poco deja de ser un misterio para muchos, se sumergió en su sonido psicodélico y el viaje no paró por un minuto, ¿qué se podía esperar cuando el baterista tenía puesta una remera de Grateful Dead? Con proyecciones a tono de fondo, el Coronel Pali dirigió la orquesta desde atrás de los parches y Juanjo Harervack cantó su poesía moviéndose de un lado al otro como alguna vez lo hizo el gran Billy al frente de La Pesada del Rock and Roll. La resonancia de finales de los ’60 y principios de los ’70 ahora estallaba en Balvanera. Y mientras blues, y mientras agite, y mientras el payaso gordo seguía bailando como desquiciado sobre su bastón.  Clima caótico y festivo, entre sirenas de megáfono y los bailes del arlequín endemoniado (¡Aguante microbio!), La Riki se despidió con lo mejor de Llorando en Corea (2011): “95 problemas”, “Casi” y “Todo en mi cabeza”.

Ya en la madrugada, el Zaguán recibía al peculiar dúo que es CLDSCP. Capítulo tercero, Superjuguetes. “Acércate y empieza a delirar / me encanta que destruyas todo acá”,  cantarían en “Sade” dentro de un rato. Sí, delirio, sí, destrucción. Se escribe CLDSCP y se dice ‘celedesepé’ o simplemente ‘caleidoscopio’, como prefieran. Mitad hombres orquesta, mitad juguetería,  son dos pero suenan como cuatro o cinco. Leopoldo de Sarro y Andrés Andinach son muy prácticos a la hora de resolver su equipamiento: Andy a cargo de los sintes y haciendo beat-box era la caja rítmica del dúo (por las dudas tenía una armónica y un libro infantil con sonidos de animales que usaría en los arreglos de “Puedo”, cuando ya su presentación esté finalizando); De Sarro, con anteojos de cotillón con luces verdes fluorescentes en el marco, cantaba mientras rasgueaba su charango decorado con plumas violetas y un peluche de la pantera rosa que le colgaba del clavijero, además, en su pie derecho llevaba puesta una bota con una pandereta adherida que agregaba otra textura percusiva al combo para cuando fuere necesario. Esta postal lisérgica se completaba con más peluches y una sirena luminosa que descansaba sobre el amplificador que tenía a su lado el cantante. “Y terminamos en estado de transe…”. Exacto. Son una orquesta de dos hombres bastante estrambótica, que con canciones tan apacibles como asombrosas por sus arreglos bizarros made in El Mundo del Juguete, sumergieron al puñado de somnolientos en una experiencia delirante. Y qué decir cuando además de repasar su repertorio tan romántico como colorido (“Altoparlante”; “Encanto”; “Lindo”) versionaron “Boys Don’t Cry” de The Cure, ¡“A vos amigo” de Almafuerte! y ¡”Ya no sos igual” de 2 Minutos! que obligó a los que quedaban a empujarse un poco y corearla a viva voz. “Esta no la practicamos tanto, pero nuestro covers siempre terminan siendo muy bizarros”, comentó Leopo tras interpretar el himno punk. Para el final lo ya dicho con “Puedo”, otra que sonó de su último disco Niños Azules (2011), en donde de Sarro se alejó del micrófono y cedió las voces a los sonidos del libro infantil que Andy exhibía en sus manos y tecleaba a piacere, en un sampleo en vivo de ruidos de animales y consignas para menores de siete años. It’s only freak-toy-folk but i like it.

Ya era viernes y afuera la garúa fina se había apoderado del cielo negro. Las Visitas ya abrieron la puerta que les faltaba abrir y si todo sale bien podremos disfrutar de esta publicación de aproximadamente cuatrocientas páginas antes de fin de año.  Todo aquél que quiera comprar una o más copias y convertirse en un productor de este emprendimiento ya puede hacerlo a través de Idea.me. Para más información visite la página oficial de Las Visitas. Sean bienvenidas Las Visitas.

 

 

.