El Lapsus del Jinete Ciego es el octavo disco solista de Gabo Ferro, grabado en un vacío ND Teatro. En tiempos de dispersión y consumos fugaces para la industria musical, Sony edita junto a Gabo un álbum de los de antes, un disco con todas las letras.

Por Gabriel Feldman

1- El mundo de la descarga no anuló el consumo de cedés y vinilos. Y lo cierto es que el disco en cuanto texto persiste con su organización y presentación (sea en Bandcamp, el ordenamiento propio de Soundcloud o el auge de “full albums” trackeados en Youtube). Ahora bien, cómo se escuchan los discos en las distintas plataformas disponibles o cuáles son los hábitos de las escuchas –el mito del ritual atento y racional que se supone propone el vinilo, por ejemplo- seguro forma parte de algunos proyectos de investigación UBAcyt.  Otra responsabilidad, no menor, le pesa a los músicos: por qué persistir con ese formato, cuántos de esos discos es relevante escuchar (leer) como obras completas y sobreviven ese formato.

2- La discografía de Gabo Ferro es parte de este grupo de obras relevantes y reflexivas que perduran y esperan para ser descubiertas, sea en las plataformas digitales o en las bateas. A lo largo de los años Gabo ha construido una obra maravillosa y compleja, convirtiendo a cada uno de sus discos en un acontecimiento. En el segundo, por ejemplo, se permitía reflexionar sobre uno de los principales componentes de este objeto sincrético que llamamos disco. En la tapa de Todo lo sólido se desvanece en el aire (2006) proponía como portada un manifiesto que, retomando a Marx y Engels, pensaba a la canción y al disco transformados en bienes de mercado: “Para hacer música en algún momento se necesitó al músico, a la mejor melodía que pudiera crearse y a la mejor letra que pudiera escribirse. Hoy, en general, estos elementos ya no son indispensables para que se conforme un repertorio ni se haga un disco (…) ¿Por qué algunos músicos se representan en imágenes antes de imaginarse su mejor canción? ¿Qué nos lleva a pensar en fotografías o en dibujos como una cuestión obligatoria para un disco? (…) Que no se confunda lo fundamental con lo accesorio. Un disco son canciones; un disco es música. Lo demás es agua que se evapora en el aire”.

3- Son ya ocho discos solistas, y otros dos en colaboración (uno con Pablo Ramos y otro con Luciana Jury). El Lapsus del Jinete Ciego es el primero en asociación con Sony Music para su distribución. Y frente al desconcierto por la novedad, algunas dudas y “temores”, escribió a sus seguidores en Facebook: “No sé cuáles son las fantasías de esto pero mi libertad y mi economía, como tantas otras cosas, siguen igualitas que antes. Ni más ni menos. Escuchen “La silla de pensar” – y luego el disco cuando esté si los anima – y verán que nuestro universo poético y musical está ahí vivito, a ver, digámoslo, muy radial y hitero no es”. Que no se confunda lo fundamental con lo accesorio, entonces.

https://www.youtube.com/watch?v=cRdKI8EU1bQ

4- Hitero o no, desde Canciones que un hombre no debería cantar (2005) hasta hoy se puede pensar su obra como una gran apuesta por la incomodidad. Una búsqueda constante sobre la instrumentación y la puesta en escena de la voz (de su cuerpo), por un lado. Y también un trabajo de reflexión sobre temáticas que se vuelven recurrentes y se profundizan. Como le respondía a AZ con motivo de los diez años de Canciones…: “Es que en realidad vuelvo siempre a los dos o tres temas (…)  La verdad que a mí me interesan mucho, básicamente, políticas superestructurales como son la raza, clase y género y después cosas más pequeñas”. La difícil tarea de hacer algo que puede ser percibido como bello (sus canciones lo son) que escapa de la exaltación de lo bonito, de la vieja escuela del amor,  y busca complejizar lo dado.

5- Decíamos, cada disco de Gabo se inscribe en una obra perseverante. Hace algunos años, con motivo de la presentación de La aguja tras la máscara (2011) decía en una entrevista en P/12: “Cada vez quiero tocar más solo y cada vez estoy más cerca de Oriente con la voz, con esa ausencia de ritmo, de melodía. Y si quiero quedarme tres minutos en silencio perfectamente podría quedarme, si hay un momento de tensión que quiero aguantar”. Un año después, en La primera noche del fantasma (2012), empezará a poner esas ideas en marcha: “Y ahora mirá, mirá, mirá, mirame bien, / es que no puedo, no quiero, no puedo, no quiero, no puedo hablar. / Voy a entregarme a tu mirada, solo a tus ojos nomás” (“Lo que no se puede decir”). Y en su disco solista siguiente, el que hoy nos ocupa, la ausencia se corporizará nuevamente, ya desde su misma matriz de producción.

6- El Lapsus del Jinete Ciego son catorce canciones compuestas al calor de un verano en emergencia con el cambio de gobierno y las primeras evidencias de una indomable brutalidad. El disco por su lado se grabó en el ND Teatro vacío: Gabo junto al ingeniero de sonido Alejandro Pugliese solos sobre el escenario. “Qué más da / que la palabra no alcance. / Cuando fracasa se ve tan claramente / que no estoy en lo quieto o lo callado. / En el silencio me doy tan fácilmente”, resopla en “Tan”. “Tarascón, / tenele paciencia al odio, / en su cuna algo faltó / tan claramente”.

https://www.youtube.com/watch?v=VdTcZAMowSU

7- En el trailer disponible en YT como adelanto se puede espiar un poco el proceso de grabación. Entre los planos de Gabo, Alejandro y la inmensidad de un teatro y sus butacas vacías, algunas placas contextualizaban un proyecto que aggiorna 4’ 33’’, la famosa composición de John Cage, a nuestra más urgente realidad: “¿Cómo suena esta ausencia? ¿Suena como silencio? ¿Puede grabarse? Vacío y silencio es imposible. Solo vemos nosotros detrás de la ceguera que nos guía.  Cada silla vacía es acción provocada y no construcción dada. Efecto cultural, histórico, amoroso —o contra amoroso— y político de algo o de alguien”, continúa en el booklet del cedé. A un discurso que se jacta de su austeridad  a la hora de presentarse  y tomar decisiones se lo enfrenta con la desolación de un teatro vacío, la miseria de su propia acción.  La ausencia completa el efecto óptico de la portada, sin rostro, con el sujeto recortado. Y el título termina de resumir su lectura de la conducción política actual.

8- Así como “El tabú del agua” respondía a las inundaciones que azotaron la Ciudad de Buenos Aires, ese “vamos que viene la noche y se va el sol” resuena con fuerza y persiste.

En “El beso urgente”, un bolero sin tapujos, cantará: “Entre tanto grito y dolor yo te necesito/ Necesito que digas que aún tengo mi trabajo, para poder pararme en mis pies/ Para poder desahogarme, mi amor, por favor dame un beso”.

Y nuevamente aparecerá el agua, enturbiada: “cuando el agua era turbia y era turbia la plaza / Para poder desahogarme, mi amor, por favor dame un beso”.  De igual forma se enturbia el clima de la campestre “Puesto a germinar”: “¡Diablo! Diablito, pará un poquito / que no me queda cuero sin golpear. / Tenía la alegría tan a tiro, / que a los tiros la querés quitar”.

O también, con la justeza que lo caracteriza: “La peor suerte es la suerte que en el tiempo nos demora, / caminá que en cada paso más lejana es la derrota. / De tanto y tanto caer me sé el suelo de memoria. / Es bueno para el despegue saber desde dónde se remonta. / Si hoy llueve tan fuerte acá que el agua derrite al tiempo. / Debe andar limpiando allá donde estés / un viento bueno” (“La peor suerte”).

https://www.youtube.com/watch?v=IRyqnK2sGVE

9- ¿Cuántos artistas se atreven a una performance semejante? Todo un proyecto que acompañe una reflexión y puesta en escena del cuerpo. Como sugiere el sociólogo Simon Frith, la performance tiene que ver con la seducción, y se anima a recordar una humorada que dice que el cantante propone la misma transacción que una prostituta: ofrece en público un placer (bliss) que sólo puede ser experimentado en privado. Así, la fantasía de la escucha está en la ilusión de que controlamos la música (o el intercambio sexual) cuando, en realidad, es el artista quien lo hace.

10- El artista no se conforma y crea un nuevo acontecimiento en una obra notable. Es un disco que es necesario escuchar y desmenuzar. ¿Un disco como los de antes, hoy? Por sobre todo, algo queda más que claro, los artistas necesarios son aquellos que se le atreven a su época y construyen el presente. Lo demás sí, en cedé, vinilo, mp3, streaming o narrativas transmedia, es música que se evapora en el aire.//z