Hablamos con Juan Pablo Fernández, Lulo Esaín y Federico Ghazarossian acerca de Piel (2019), su cuarto disco que lo presentan este viernes en Niceto Club. Reinvenciones, crisis y el arte de escribir con el corazón.

Por Carlos Noro
Fotos de Albi Álvarez y Sebastián Molina

La piel como cubierta. La piel como las distintas maneras de mostrarnos. La piel como la protección frente a los demás. Estos pueden ser tan solo algunos de los sentidos que Acorazado Potemkin propone en Piel (2019). El trío sigue siendo fiel a su nombre, mostrando una versión arrasadora, potente y sensible de sí mismo; desplegando, fiel a su costumbre, un catálogo de canciones rockeras, arrabaleras, urgentes y cotidianas, con una intensa mirada sobre el presente.

Antes de la presentación de su cuarto disco este viernes en Niceto Club, ArteZeta habló con ellos.

AZ: El disco, paradójicamente, tiene como nombre Piel pero en la tapa esa Piel está encerrada en una bolsa ¿Qué dificultades hay hoy en día para mostrar la propia Piel?

Lulo Esain: Quizás la piel es la bolsa, ¿No? Podemos divagar un rato lindo a partir de eso. Qué significa, cuál es la piel de cada uno, si da o no mostrarla y cuánto o cuándo. En mi caso, la música es una manera de mostrar la piel y otras cosas que hay o puede haber por dentro o por debajo de la piel. Por ejemplo carne, corazón, alma. La encuentro como una forma de expresión genuina y propia mía. Creo que nada podría evitar que haga música, o que trate de hacerla.

Juan Pablo Fernández: La foto de la tapa de Piel es el arte que hizo Sebastián Santana. Él agregó eso de la bolsa que cambió el concepto con relación a lo que veníamos pensando. Nosotros teníamos varias letras con la palabra Piel y usadas en diferentes contextos. Por ejemplo desde lo interior hacia afuera y también desde lo sensorial, la caricia. La tapa nos agregó otra cosa que quizás es esa dificultad. La piel como máscara, como barrera de los sentimientos. Habrá que abrir esa bolsa. Cada uno sabrá cómo hacer.

Federico Ghazarossian: Creo que hoy en día se muestra mucho más la propia piel o lo que nos ocurre como personas o sociedad.

AZ: A diferencia de Labios del Río (2017), Piel parece tener una mirada esperanzadora en temas como “Una oración más”, que, de alguna manera, habla de salir a flote ¿Sienten que ese es el clima del disco?

JPF: Siempre tratamos de usar las letras y la música como algo vital que nos ayude a entender las cosas que pasan. Que, incluso, aunque sean tristes nos permitan tener los ojos abiertos y seguir adelante. Así que algo de eso hay.

FG: Siempre pensamos en positivo, aunque no sea explícito en algunas letras. Creo que cuando expones lo bueno o lo malo eso es una forma de transformarlo.

AZ: Los últimos años para la banda fueron de un crecimiento intenso en medio de uno de los peores momentos del país desde la vuelta a la democracia ¿Cómo explican ese crecimiento en medio de la crisis? 

JPF: Hemos pasado años muy duros de un gobierno ajustador y represor. Aun así, la banda creció quizás porque tratamos de entender y reflejar lo que nos toca vivir. También creo que para mucha gente ir a ver a su banda, escuchar sus canciones fue un espacio de encuentro. Sirvió para mantenerse juntos y darse fuerza. Nosotros lo sentimos así y tratamos de tocar seguido, en mejores condiciones, con buen sonido, para permitir que eso lindo pase.

FG: Es así como lo plantea Juan y también creo que somos muy verídicos. Algo que se puede equiparar al vivo de la banda.

AZ: En el disco parece estar bien presente la idea de cinco instrumentos: viola, bajo, bata, voz y coros. Algo que no es muy frecuente que se mencione de esa manera ¿Cómo fueron construyendo la interacción entre los cinco elementos?  

LE: Trabajamos eso desde que comenzó la banda en 2009. Quizás, primero, naturalmente y en los últimos discos, más conscientemente. Incluso pensando también en “el vivo” de las canciones para, en definitiva, poder transmitir al público la emoción de lo que nos pasa arriba del escenario.

FG: Claro. Siempre salió así: apoyándonos entre los tres y, luego, trabajando la voz como ese otro instrumento.

Foto: Albi Álvarez

AZ: En “El Arca” hay una cita a Los Redondos, una banda que podría compartir la misma educación sentimental que ustedes: post punk, ochentas, tango, arrabal y cierta complicidad con el público ¿Sienten ustedes este vínculo?

LE: La “pata ricotera” (risas). Me gusta pensar que la banda tiene ese costado.

JPF: Y sí. Hay cosas en común y muchas de sus músicas y letras nos han inspirado, acompañado y lo siguen haciendo.

AZ: En este disco rescataron canciones que tenían guardadas o que, por motivos indefinidos, no habían salido a la luz ¿Cómo fue mirarse al espejo de esas canciones?

LE: Está bueno porque esas canciones fueron permeables a la propuesta actual de Potemkin. Ese reflejo que devolvieron hace que uno se sienta orgulloso o contento de que algo que venía de otro momento vivencial y emocional tenga una continuidad o una nueva proyección en el presente.

JPF: A veces es la banda que está madura para abrirse y resolver ideas y, también a veces, es uno que encuentra el momento para llevarlas y compartirlas. Te queda una frase, una letra guardada, abandonada por algo y, de repente, la escuchaste o la relees, te vuelve a representar y, entonces, la volvés a trabajar. En todos los discos pasó eso y, por suerte, el espejo del tiempo siempre devuelve cosas nuevas.

AZ: “Vecino” hace referencia a la “Masacre de San Miguel del Monte“, donde cuatro jóvenes murieron en medio de una persecución y tiroteo por parte de la policía bonaerense ¿Qué fue lo que los convocó a escribir sobre esto? ¿Sienten que hay una línea temática que podría ligarse a canciones como “El pan del facho?

JPF: Veníamos trabajando el tema “Vecino” con la idea de preguntarle a alguien real o imaginario cómo hace para vivir con el hambre alrededor, con gente viviendo en la calle tocando el timbre para pedirle ayuda. Y unos días antes de entrar a grabar ocurrió la muerte de lxs chicxs en San Miguel del Monte. Entonces la letra se armó distinta, desde la juventud perdida, desde ese recuerdo que nos amenaza y nos pregunta cómo llegamos hasta acá, cómo hacemos para cuidar a los chicos que hacen lo mismo que hacíamos nosotros con nuestros amigos —hasta en un mismo autito Fiat Spazio, en mi caso— y cuidarlos para que puedan crecer distintos y mejores que nosotros.

AZ: Pank”, además de jugar con la pronunciación de la palabra, parece proponer una contemporaneidad de una actitud que, con el tiempo, ha sufrido muchos intentos de absorción por parte del sistema ¿Qué es ser “pank” según esta canción? ¿Y según Acorazado?

LE: Pank, o punk, o ponk, depende quien lo diga, pronuncie o escriba, es el Do it yourself, hacelo vos mismo; ese impulso irrefrenable de hacer incluso sin saber cómo, o formar la banda sin saber tocar, ¡esas ganas de hacer!

FG: Pank hoy es dejar de mirarte a vos solo y que empieces a mirar a partir de la comunidad, de complementarnos entre todes y de decir además que nos están envenenando.

AZ: Acorazado siempre aportó algo distinto en cada disco ¿Qué aporta Piel?

LE: Tratamos de aportar una manera de hacer las canciones, de cantarlas, arreglarlas, instrumentarlas e interpretarlas y, como dice Fede siempre, cada uno con libertad desde su propio instrumento. También proponemos, a través de la producción junto a Mariano Manza Esaín, un sonido de disco. Un sonido de “banda grabada” que es una “banda tocando”. Que hay cosas pasando mientras lo escuchás. No es algo estático. Hay algo que está ocurriendo, que se está moviendo mientras está sonando. Al menos yo lo entiendo de esa manera.

JPF: Me gustaría pensar que cada disco está tocado y escrito desde el corazón de cada uno y desde el momento en el que estamos. Entonces, lo personal, cualquier cosa que te pase, pasa a ser material para trabajar. Si mantenemos eso, cada disco va a ser distinto y fiel a la vez a una idea común, grupal. Algún disco será mejor que otro pero todos tendrán algo para contar. Después, claro, tenemos que mantener una calidad de sonido, técnica y un rigor de trabajo que sea vehículo de eso. Por suerte hay equipo y ambiciones de hacer buenos discos. En este caso, también hubo presupuesto gracias al subsidio del INAMU (Instituto Nacional de la Música) y al sello Oui Oui.

FG: Nuestro amor por la música, las notas, las palabras, las melodías y por buscar siempre adentro de cada uno, para encontrar la forma distinta que te propone el tiempo que está pasando. //∆z

Acorazado Potemkin presenta Piel (2019), su cuarto disco, el viernes 21 de febrero a las 20.30 horas en Niceto Club (Cnel. Niceto Vega 5510, CABA). Artista invitada: Mariana Päraway. +18 años. Anticipadas: $350.

Foto: Sebastián Molina